Es frecuente que las preguntas abiertas, en las que es el entrevistado tiene que centrar y orientar la respuesta en un sentido u otro, sean las que resultan más complicadas de afrontar. El hecho de que los entrevistadores hagan algunas preguntas abiertas, poco claras y poco centradas, no es casual: buscan ver cómo orientas las respuestas, y cómo las estructuras sobre la marcha.
No es sencillo improvisar totalmente una respuesta de este tipo, y si lo haces olvidarás gran parte de las cosas que te gustaría haber dicho. Esto es como una discusión: cuando dejes la entrevista y vayas camino de casa te comenzarán a venir a la cabeza magníficas respuestas a las preguntas del entrevistador. No dejes que te pase esto, y dedica antes de la entrevista tiempo a tratar de prepararte para las preguntas más habituales.
En cuanto al formato, haz que tu respuesta a este tipo de preguntas no sea ni muy corta ni muy larga. Si das respuestas demasiado cortas dejarás en el entrevistador la sensación de que no tienes demasiado que ofrecer o que no sabes venderte. Si por el contrario tus respuestas son demasiado largas, aburrirás al entrevistador, y dejarás la impresión de que no sabes identificar lo importante, o al menos de que no tienes capacidad de síntesis.
En general, tus respuestas solo deberán superar los treinta segundos en contadas ocasiones. Los entrevistadores rara vez quieren escuchar un monólogo del entrevistado. Si tu respuesta dura más de treinta segundos es probable que estén deseando cortarte, y no lo harán por simple educación. Piénsalo fríamente: ¿cuántas preguntas propias de una entrevista de trabajo pueden requerir una respuesta de más de treinta segundos? Probablemente solo necesitarás más tiempo cuando te pidan que expliques tu trayectoria académica y profesional. Ahí sí que puedes explayarte algo más. Pero este discurso lo llevarás perfectamente preparado de casa.
Por supuesto, no nos estamos refiriendo a la parte jurídica de la entrevista. Ahí sí que tendrás que extenderte más en las respuestas. Nos estamos refiriendo a las preguntas orientadas a conocerte como profesional y como persona.
Ten en cuenta que a lo largo de la entrevista responderás a muchas preguntas. Unas serán más abiertas, otras más cerradas, pero en general tendrás ocasión de hablar sobre todas las cuestiones que te interesen. No agotes toda tu munición soltando un “rollo” de cinco minutos a la hora de responder a la primera pregunta abierta. Aburrirás al entrevistador, le dejarás una mala impresión, y además el resto de la entrevista te estarás constantemente repitiendo, porque ya habrás contado todo lo que querías durante tu monólogo.
Trata de no desviarte de lo que te preguntan. Tu objetivo debe ser responder la pregunta de forma completa empleando el menor número de palabras posible.
En el Centro de Preparación de Entrevistas encontrarás ejemplos de respuestas idóneas a preguntas abiertas que te ayudarán a afrontar con éxito las distintas preguntas abiertas que te realicen durante tus entrevistas.