¿Dónde te ves dentro de tres años?

¿Dónde te ves dentro de tres años?

Esta es otra de las preguntas que tienen una respuesta buena y otra respuesta menos buena, y en la que para mejorar tu probabilidad de éxito en el proceso debes maquillar algo la realidad si tu respuesta real es la menos buena.

Los despachos pagan mucho dinero a los alumnos de programas de prácticas de máster de acceso y a los abogados sin experiencia. Ello a pesar de que su aportación al principio será limitada, y de que tendrán que enseñarles prácticamente todo desde cero. La inversión no solo es económica, sino también en tiempo de los abogados con más experiencia. Los abogados comienzan a ser un activo verdaderamente importante para los despachos una vez completado el segundo año. En esa etapa el abogado ya tiene una experiencia relevante (dos años en uno de los grandes despachos dan para mucho), saca adelante mucho trabajo con cierta autonomía, e incluso comienza a formar a los recién llegados.

Lo anterior implica que si tu idea es entrar en un despacho de abogados para estar uno o dos años, y luego probar otras alternativas de carrera, no vayas a ser el candidato ideal. Si este es tu caso y eres completamente sincero en la entrevista, estarás en desventaja frente a candidatos que respondan que dentro de tres o cinco años se siguen viendo ejerciendo como abogados en un gran despacho. Al fin y al cabo los despachos son un negocio, y entenderás que no parece una muy buena decisión empresarial fichar durante dos años a alguien que nunca ha ejercido, pagarle mucho dinero, e invertir en su formación, si sabes que su idea es dejar el despacho precisamente en el momento en el que se va a convertir en una pieza importante.

Nuestra recomendación es que contestes a esta pregunta diciendo que dentro de tres o cinco años te ves trabajando en un gran despacho de abogados. Como decíamos, esta es la respuesta idónea para maximizar tu probabilidad de éxito en la entrevista. Aunque pueda no ajustarse completamente a la realidad (puede que no lo tengas del todo claro), la vida da muchas vueltas. Ya tendrás tiempo cuando pasen dos o tres años de decidir si es momento de dar un paso a un lado o si no.

La excepción vendría dada por casos en los que tienes certeza que en un tiempo determinado (y relativamente corto) vas a dejar el despacho. Si estás en una de estas excepcionales situaciones, debes ponderar el impacto que tendrá sobre tus posibilidades de superar el proceso confesar que tu intención es dejar el despacho en el “corto” plazo con las consecuencias de la pésima impresión que dejarás si mientes sobre la cuestión abiertamente.