La carrera de derecho ha sido tradicionalmente una de las más cursadas por los estudiantes en España. Ello implica que seguramente no tenga ese punto de “exclusividad” que tienen carreras más minoritarias, lo que lleva a parte de los estudiantes a rechazarla. No es raro escuchar el clásico “no estudio derecho porque es lo que estudia todo el mundo”.
Si bien es cierto, como decíamos, que derecho es una de las carreras más cursadas, ello no debe verse necesariamente como un punto negativo. No cabe duda de que tendrás “competencia” cuando salgas al mercado laboral. Pero sentimos decirte que esa competencia la tendrás en todas las carreras.
Si mucha gente estudia derecho es precisamente porque ofrece multitud de salidas profesionales. Estudiar derecho es mucho más que estudiar para ser abogado. Hay licenciados / graduados en derecho en prácticamente todos los sectores de la economía, y ocupando muy variadas posiciones. Solo tienes que hacer un pequeño análisis de lo que han estudiado los miembros del consejo de administración de las principales empresas españolas, sus directivos, los políticos… o en general cualquier persona que consideres que ha alcanzado el éxito profesional. Verás que un gran porcentaje de esas personas que han logrado una carrera profesional exitosa estudiaron derecho.
El conocimiento de las leyes es esencial en el mundo de la empresa. Es tan importante como tener nociones económicas. De hecho, recuerda que el grado de administración y dirección de empresas no deja de ser en gran parte una especie de fusión entre derecho y economía.
Por tanto, es cierto que al terminar el grado en derecho tendrás mucha competencia -saldrán al mercado laboral otros muchos graduados en derecho-, pero también tendrás múltiples alternativas para orientar tu carrera profesional.
De hecho, una de las grandes ventajas de estudiar derecho es que no te obliga a decidir exactamente a qué quieres dedicarte en el momento en el que comienzas la universidad.
En este momento tu conocimiento del mundo profesional es muy limitado, y es poco probable que tengas una idea clara de cuál es la profesión ideal para ti. Muy poca gente termina dedicándose exactamente a lo que pensaba que se dedicaría cuando empezó la universidad.
Muchas carreras limitan sustancialmente las opciones futuras del estudiante, porque sus salidas se circunscriben a profesiones muy concretas. Ello hace que los estudiantes queden vinculados, durante toda su vida profesional, por una decisión que tomaron con apenas dieciocho años.
La diversidad de salidas profesionales del grado en derecho reduce sustancialmente -nos atreveríamos a decir que elimina- este riesgo. Eligiendo la carrera de derecho no te estás obligando a ser abogado, ni procurador, ni juez, ni notario. Ni siquiera te estás obligando a tener una profesión directamente vinculada al mundo jurídico. Podrás tomar la decisión sobre la profesión concreta que quieras ejercer en un momento posterior, ya con conocimiento de causa.
Otro punto importante a tener en cuenta es que el título de derecho es necesario para acceder a múltiples profesiones. Existen multitud de profesiones que pueden ejercerse sin necesidad de contar con ningún título habilitante, sin perjuicio de que existan uno o varios grados relativos a esa profesión.
No se necesita obtener el grado de administración y dirección de empresas para ser un empresario de éxito, ni el grado de comercio y marketing para triunfar en el mundo de la publicidad, ni el grado en ingeniería informática para ser un cotizado programador. Ello genera en muchos casos dudas en los estudiantes -cada vez más profundas a la vista de la evolución que está sufriendo la educación- sobre si merece la pena dedicar cuatro años para obtener un título de cara a para el ejercicio de una profesión que en realidad puede ejercer cualquiera, sin necesidad de haber obtenido ese título.
Este riesgo que asume todo estudiante universitario es mucho más reducido en derecho, puesto que existen multitud de profesiones que están expresamente reservadas -y sin duda seguirán estándolo- a los graduados en derecho. Nadie puede ser abogado, procurador, juez, notario, letrado de la administración de justicia, abogado del estado, fiscal, registrador de la propiedad, y un largo etcétera sin ser licenciado o graduado en derecho.
Por último, pero no menos importante, derecho ofrece salidas profesionales -ya hemos visto que muy variadas- en general bien remuneradas. Obviamente el simple hecho de estudiar derecho no te asegura que tendrás una remuneración atractiva, y hay muchos graduados en derecho con salarios bajos.
Pero lo cierto es que el grado sí que te abre la puerta a profesiones en las que podrás obtener una remuneración significativamente por encima de la media de los graduados universitarios. De hecho, si destacas, tendrás acceso a algunas de las profesiones mejor remuneradas tanto en el sector privado -véase a los abogados de los grandes despachos- como en el sector público -a un elevado porcentaje de las plazas de funcionarios con salarios más elevados se accede a través del grado en derecho-.
Nuestra recomendación es, por tanto, que si el grado en derecho te atrae, no dejes de hacerlo por los posibles comentarios negativos sobre esta carrera que puedas escuchar de gente desinformada. Se trata de uno de los grados más interesantes (¡aunque respecto a este punto no somos objetivos!), con mayor empleabilidad, con mayor variedad de salidas profesionales, y uno de los que ofrece acceso a las profesiones con los salarios más altos.