¿Grado o doble grado?

Una de las dudas habituales entre los alumnos con calificaciones altas es si optar por combinar el grado en derecho con otra titulación en un doble grado. Aquí te damos las claves para tomar la decisión acertada.

¿Grado o doble grado?

Una de las dudas habituales entre los alumnos con calificaciones altas es si optar por combinar el grado en derecho con otra titulación en un doble grado. Aquí te damos las claves para tomar la decisión acertada.

Los alumnos con mejores calificaciones que deciden cursar el grado en derecho tienen el bendito problema -pero problema al fin y al cabo- de tener que escoger entre múltiples combinaciones: “solo” derecho, derecho y administración de empresas, derecho y economía, derecho y ciencias políticas, etc. Tomar la decisión no es sencillo. A continuación indicamos los distintos factores que deberías tener en cuenta para hacerlo.

¿Tienes claro a qué quieres dedicarte?

Hay alumnos que, antes de entrar a la universidad, ya tienen clarísimo a lo que quieren dedicarse. Sin embargo, muchos otros pueden tener una ligera idea de lo que más les atrae, pero no tienen ni mucho menos certeza del sentido que les gustaría dar a su carrera profesional. E incluso entre aquéllos que creen tener claro a lo que quieren dedicarse, lo más habitual es que cambien de idea durante la carrera, y acaben dedicándose a algo complemente distinto a lo que planeaban inicialmente.

Para alumnos que tienen clarísimo a lo que van a dedicarse es posible que cursar el doble grado no tenga sentido. El ejemplo más claro es el de los alumnos que quieran hacer una oposición específica de derecho: juez, fiscal, notario, registrador, etc. Tampoco aportará demasiado hacer el doble grado a alumnos que quieran ser procuradores, que quieran ejercer la abogacía por su cuenta, o que quieran dedicarse a ramas del derecho con un bajo contenido económico (derecho de familia, derecho penal -con excepciones-, etc).

Si éste es tu caso, profesionalmente el doble grado no te aportará nada. Otra cosa es que quieras hacerlo por el mero hecho de completar tu formación.

No obstante, antes de descartar el doble grado por este motivo haz una reflexión pausada sobre cómo de seguro estás sobre tu futuro profesional. Analiza detenidamente si verdaderamente conoces la profesión a la que crees que quieres dedicarte lo suficiente como para descartar que haya una probabilidad relevante de que cambies de opinión en el futuro. Analiza también cómo de probable es que puedas efectivamente ejercer esa profesión.

Si tras hacer este análisis concluyes que lo tienes claro, y que no necesitas un “plan B” porque con casi total seguridad podrás dedicarte a lo que quieres, puedes descartar el doble grado por este motivo. Si por el contrario tras realizar este análisis tienes dudas -que sería lo más normal-, no descartes el doble grado, y toma simplemente tu impresión actual sobre cuál será tu futuro laboral como un factor más a tener en cuenta en tu decisión.

Si no tienes claro a qué quieres dedicarte, toma esta indefinición como un argumento a favor de hacer el doble grado. Sin duda, el doble grado ampliará tus opciones al finalizar la carrera.

¿Tienes posibilidades reales de acceder a un doble grado en una universidad de prestigio?

Otra de las cuestiones que debes lógicamente valorar es si puedes acceder al doble grado que te atrae en una universidad de prestigio. Es frecuente que los alumnos se obsesionen con cursar un doble grado concreto, y al no poder acceder a la universidad en la que querrían cursarlo terminen haciéndolo en una universidad que no cumpla sus expectativas, simplemente porque les admite para ese doble grado.

Evita caer en este error. Identifica el doble grado de tu preferencia, y las universidades de prestigio en la que podrías cursarlo. Si no puedes cursarlo en una universidad de garantías, explora otros doble grados, o vuelve a valorar si la decisión correcta es hacer únicamente el grado en derecho. El grado en derecho cursado en una universidad de prestigio será habitualmente mucho más útil al alumno de cara a conseguir un empleo que un doble grado en una universidad que no cuente con un buen reconocimiento en el mercado laboral.

Por tanto, cursa solo el doble grado si puedes hacerlo en una universidad sobre la que no tengas dudas. De lo contrario, valora la conveniencia de hacer otro doble grado, o exclusivamente el grado en derecho, en una universidad de mayor reconocimiento.

¿Vas a ser capaz de sacar buenas calificaciones en un doble grado?

Hacer un doble grado requiere mucho más esfuerzo que cursar solo el grado en derecho. El año adicional que implica no es lo más relevante. El día a día del universitario cambiará completamente, ya que el doble grado exige un esfuerzo intenso.

Tienes que tener en cuenta que el doble grado te servirá de poco si lo haces “justo”. Si dedicas más años de los previstos, o si obtienes calificaciones “raspadas”, el doble grado no te facilitará en exceso tu incorporación al mercado laboral. Por lo general, cuentan con mejores oportunidades los estudiantes de grado en derecho con buenas calificaciones que los estudiantes de dobles grados con calificaciones bajas.

Valora en consecuencia si tienes las capacidades necesarias, y estás dispuesto a hacer el esfuerzo necesario, para conseguir sacar adelante el doble grado “en plazo”, y con buenas calificaciones. Haz un análisis honesto. En general, podrán lograr este objetivo sin problemas los alumnos acostumbrados a sacar buenas calificaciones, mientras que les costará mucho más a los alumnos que tuvieron dificultades para superar los cursos anteriores a la universidad.

En igualdad de condiciones, la inmensa mayoría de las empresas contratarán a un doble graduado por encima de un graduado. Sin embargo, los estudiantes que completen un doble grado con sufrimiento se verán en muchos casos superados por estudiantes que hayan conseguido destacar en el grado en derecho.

¿Es útil, en términos profesionales, el doble grado que quieres hacer?

Para terminar, debes plantearte si el doble grado que estás planteándote cursar tiene sentido en términos profesionales. No hay duda de que combinaciones como derecho y administración y dirección de empresas, o derecho y economía, te aportarán mucho en tu carrera profesional. Pero hay otros dobles grados con combinaciones más “imaginativas” de los que muy pocos podrán sacar rédito profesional.

Cursar un doble grado es duro. Si lo haces, asegúrate de que eliges una de las combinaciones que hacen que ese esfuerzo adicional merezca la pena.

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En conclusión, cursar un doble grado que incluya derecho es en general una muy buena opción. No obstante, debes valorar detenidamente los distintos factores a los que hemos hecho referencia para confirmar que, en tu caso concreto, hacer un doble grado es efectivamente la decisión acertada.