El camino para llegar a ser abogado en España era tradicionalmente más sencillo que en otros países. Hacías una licenciatura en cuatro o cinco años y listo, ¡ya eras abogado! El panorama ha cambiado sustancialmente, y ahora el camino para ser abogado en España es largo y duro. Grado, máster y examen de acceso suponen que, como mínimo, necesites cinco años de estudios para lograr ser abogado.
Además, la mayoría de las universidades ofrecen doble grados en los que se combina derecho con otra titulación, habitualmente con un alto componente económico y empresarial (ADE o economía). Los futuros abogados que optan por esta opción extienden como mínimo un año adicional el plazo para ser abogados, y además ven incrementada sustancialmente la dificultad de sus años de grado. Los programas de doble grado son muy exigentes en términos de dedicación.
Lo anterior lleva a que muchos alumnos con posibilidad de acceder al doble grado se planteen si merece la pena. La respuesta desde una perspectiva laboral es clara: sin duda merece la pena. Las dobles titulaciones que incluyen derecho son muy valoradas entre los despachos de abogados, y sus alumnos incrementan sustancialmente sus posibilidades de recibir ofertas. Los despachos valoran -y mucho- la ambición y cultura del esfuerzo que muestran los alumnos que optan por cursar un doble grado. También valoran la formación económica y empresarial que tienen estos alumnos. No olvidemos que los grandes despachos de abogados se dedican al derecho de la empresa, donde la gran mayoría de asuntos tiene un cierto componente económico.
No obstante lo anterior, debes tener en cuenta que el doble grado solo te dará una ventaja competitiva relevante -al menos de cara a entrar en los principales despachos de abogados- si consigues buenas calificaciones. Tendrá más posibilidades de acceder a un empleo top en el sector legal un alumno de grado en derecho con una calificación media de sobresaliente que un alumnos de doble grado con una calificación media de bien. Ten en cuenta que la mayoría de los principales despachos de abogados piden al menos una nota media de notable para entrar siquiera en el proceso de selección, así que si no estás dispuesto a asumir el gran esfuerzo que conlleva conseguir esta calificación en el doble grado, opta por el grado, donde te resultará más “sencillo” obtenerla.
Otro punto adicional a favor del doble grado es que te mantiene puertas abiertas para el caso de que, a lo largo de la carrera o incluso posteriormente, te des cuenta de que la abogacía no es para ti. Las cosas dan muchas vueltas, y lo que ahora das por seguro puede cambiar en poco tiempo. Así que es importante que mantengas abiertas todas las opciones posibles, y no hay duda de que estudiar un doble grado es un recurso excelente en este sentido.