¿Merece la pena estudiar el máster de acceso a la abogacía?

Te damos los motivos por los que, si es lo que te gusta, sin duda merece la pena estudiar el máster de acceso y convertirte en abogado.

¿Merece la pena estudiar el máster de acceso a la abogacía?

Te damos los motivos por los que, si es lo que te gusta, sin duda merece la pena estudiar el máster de acceso y convertirte en abogado.

Hace años ser abogado en España era un proceso sencillo. Terminabas la carrera, te colegiabas, y comenzabas a ejercer. Ahora, sin embargo, el camino que tienen que seguir los futuros abogados es más complicado. Primero el grado -doble en algunos casos-, luego el máster de acceso, y por último el examen de acceso.

La dificultad del camino hace que muchos alumnos, al terminar el grado en derecho, se planteen si están dispuestos a dedicar dos años adicionales para lograr ser abogados, o si por el contrario prefieren optar por otro camino profesional.

Las dudas suelen venir acrecentadas por el desconocimiento de la profesión, y por los muchos comentarios negativos que se escuchan sobre ella. Para cuando les llega el momento de decidir si cursar el máster de acceso, todos los estudiantes han escuchado ya, en innumerables ocasiones, que hay muchos abogados en España, que es una profesión dura, que los salarios son bajos, etc.

Frente a este discurso pesimista, la realidad es que cursar el máster de acceso a la abogacía -y convertirse en abogado- es una excelente opción profesional. En este artículo te damos los principales motivos por los que recomendamos dar el paso a cualquier estudiante de derecho que esté valorando hacer el máster de acceso a la abogacía.

Máster habilitante

El primer motivo es una cuestión obvia, pero que muchas veces olvidamos. Hacer el máster de acceso a la abogacía te habilita para ejercer una profesión que no podrías ejercer sin este máster. En ocasiones, al finalizar otros másteres, los alumnos tienen la sensación de haber “perdido” uno o dos años porque el máster ha aportado poco a su carrera profesional. Este riesgo no existe en el máster de acceso a la abogacía: al terminar, cumplirás los requisitos para ejercer una profesión regulada, de cada vez más difícil acceso.

La dificultad que entraña hoy en día convertirse en abogado, y que ahora estás sufriendo, jugará a tu favor en cuanto superes el máster de acceso.

Profesión apasionante

Vale, admitimos que este motivo depende de los gustos de cada uno, pero si estás valorando hacer el máster de acceso seguramente tengas una opinión parecida a la nuestra: la abogacía es una profesión apasionante.

Ser abogado consiste en enfrentarte en tu día a día a cuestiones complejas que debes resolver aplicando tus conocimientos. Es difícil que un abogado se aburra en su trabajo. Muy pocos abogados tienen un trabajo repetitivo: cada día es un nuevo reto.

Múltiples opciones

Muchos alumnos tienen dudas sobre si hacer el máster de acceso a la abogacía porque no se ven yendo a juicio a defender los intereses de sus clientes. Considerar que solo hay un tipo de abogados -aquellos que defienden en juicio a sus clientes- es uno de los errores típicos derivados del desconocimiento de la profesión.

La realidad es que hay abogados de muy distintos tipos. Muchos de ellos no han pisado nunca un juzgado, y no tienen ninguna intención de hacerlo.

Obviamente hay abogados que se dedican a ir a juicios, ya sean civiles, penales, administrativos o laborales. Pero también hay abogados dedicados exclusivamente a asesorar a empresas en operaciones comerciales. O dedicados a prestar asesoramiento en fiscalidad internacional. O incluso dedicados a hacer investigaciones internas en empresas.

Las opciones son casi infinitas, y lo único que tienes que hacer es encontrar aquélla que más te guste, y que se adapte mejor a tus aptitudes.

Las prácticas del máster facilitan mucho encontrar el primer empleo

Uno de las principales -y lógicas- inquietudes de todos los estudiantes es saber qué será de ellos el día que terminen los estudios y deban lanzarse al mercado laboral. El máster de acceso a la abogacía, cuando se cursa en una universidad o escuela de negocios con un buen programa de prácticas, facilita notablemente la incorporación del alumno al mercado laboral. Existen muy pocos másteres en otras disciplinas -si es que existe alguno- que tengan una tasa de inserción laboral tan alta como los másteres de acceso a la abogacía impartidos por las principales universidades y escuelas de negocios.

Cada año, los principales despachos de abogados y empresas contratan a miles de abogados sin experiencia recién salidos de la universidad.

Despachos y empresas cubren esta demanda real de abogados junior ofreciendo a los alumnos de los programas de máster de acceso hacer allí sus prácticas, y ofreciéndoles incorporarse de forma indefinida al terminar las prácticas.

Obviamente conseguir las mejores plazas requiere esfuerzo por parte del estudiante. Pero con esfuerzo, la probabilidad de que consiga hacer prácticas en un despacho o compañía de prestigio, e incorporarse a la misma tras finalizar el máster, es alta.

Atractivos salarios de entrada

Por mucho que hayas oído lo contrario, lo cierto es que haciendo el máster de acceso a la abogacía en una buena universidad -y habiéndote esforzado por tener un perfil académico atractivo- tienes muchas posibilidades de conseguir en tu primer empleo un salario fuera del alcance de tus compañeros en casi cualquier otra profesión. De hecho, en las propias prácticas del máster podrás optar a salarios mensuales muy atractivos.

No te queremos engañar. También hay salarios bajos, y prácticas no remuneradas. Ni el máster de acceso a la abogacía ni ningún otro máster te puede garantizar acceder a un empleo bien remunerado. Pero los másteres de acceso a la abogacía de universidades de prestigio sí que te aseguran tener la oportunidad de conseguir una de las cientos de vacantes de prácticas de primer nivel que ofrecen los principales despachos y empresas, y tener altas probabilidades de incorporarte a uno de ellos al terminar.

Muchos despachos ofrecen salarios de hasta 2.000 euros mensuales a los estudiantes de prácticas, y de hasta 42.000 euros anuales a los abogados de primer año. Así que, ¡que nadie te diga que haciendo el máster de acceso estás condenado a años de salarios bajos!

* * *

Por tanto, si crees que ejercer la abogacía es lo que te gusta, no dejes de hacer el máster de acceso porque te hayan dicho que hay mucha competencia, que los salarios son bajos, o porque pienses que no tienes las cualidades idóneas para ir a juzgados. Tanto si tienes estas cualidades como si no, encontrarás áreas de práctica que se adecúen a tus virtudes, y con tu esfuerzo podrás acceder a atractivas oportunidades profesionales.